Copa América: Remeros y ciclistas sin conocimientos de vela suponen la mitad de la tripulación del ETNZ

Mar Abierto Dougal Allen, uno de los seleccionados para formar parte de la tripu

(27/ene/23) Emirates Team New Zealand anuncia los últimos 4 fichajes para las 8 plazas disponibles en su AC75 en la Defensa en 2024 de la 37.ª America's Cup en Barcelona y resulta que todos ellos son especialistas en disciplinas deportivas ajenas a la vela. Los elegidos son: Hamish Bond (remo/ciclismo), Louis Crosby (ciclismo), Cameron Webster (remo) y Dougal Allan (Multideporte). El equipo neozelandés se ha comprometido a enseñar nociones de vela a al menos dos de los nuevos tripulantes, escogidos tras una dura selección entre una élite capaz de generar la inmensa potencia requerida para manejar los foils y velas del AC75. “Tuvimos una lista de posibles nuevos candidatos, explica Kim Simperingham, entrenador del ETNZ, todos los cuales llevaron sus cuerpos al límite absoluto en las pruebas. Las dos principales cualidades físicas que estábamos buscando son atletas capaces de mantener una producción de potencia muy alta durante una regata de aproximadamente media hora y atletas que también puedan alcanzar picos de potencia realmente altos, a utilizar en las maniobras durante las regatas”.

¿Vamos por el buen camino?
La necesidad de estos ‘generadores humanos’ de fuerza para manejar los AC 75 llega a cotas surrealistas. En los tiempos que corren, existen medios para almacenar y dispensar estos esfuerzos a lo largo de las cortas regatas de la Copa América (20/30 min.). El problema es que el reglamento de la AC los prohíbe.
Negar esta posibilidad técnica en los AC75 en busca de la ‘pureza’ deportiva de la vela ha derivado en un contrasentido, pues la contrapartida es tener que cubrir ¡la mitad de la tripulación! con robustos ciclistas y remeros sin ningún conocimiento de vela, lo cual se antoja surrealista en el velero más tecnificado del circuito de regatas. ¿No sería más lógico permitir el uso de las tecnologías necesarias para almacenar/generar los esfuerzos previstos a bordo?
La Copa América no deja de ser la punta de lanza de las tecnologías que vamos a utilizar en el futuro en nuestros veleros. Y estoy seguro de que cuando los foils y las alas rígidas lleguen a los salones náuticos, lo harán acompañados de una tecnología mecánica acorde para manejarlos. No veo a los armadores del futuro pedaleando para generar su energía. En mi opinión, ahora es el momento de hacer debutar estas tecnologías, dejando que remeros y ciclistas brillen como deben en sus respetivos y bellos deportes, en vez de hacerlos aparecer como extravagantes comparsas en los AC75.

El campo de regatas de Barcelona
Están empezando a aparecer comentarios más o menos críticos sobre lo movido de las aguas y la altura de las olas en el campo de regatas de Barcelona. Quienes llevamos años regateando -en cualquier eslora y nivel técnico- en la costa barcelonesa, ya sabemos que todo viento que sople en estas abiertas costas levanta en muy poco tiempo unas olas empinadas y más o menos altas que hay que sortear lo mejor que se pueda.
Todo barco quillado está preparado para afrontar este bonito desafío en regata o navegando de paseo. El problema es que los AC 75 fueron diseñados para navegar en aguas muy planas. La mayor altura de las olas en Barcelona, en comparación con las habituales en las bahías de Auckland, Pensacola, Cagliari o Palma donde están las bases de entrenamiento de los AC75, está haciendo cambiar planes de diseño, especialmente en lo que concierne a los foils.
Solo el Alinghi está entrenando de momento en la ciudad condal (los demás equipos irán llegando esta primavera) y ya está alertando de que los barcos han de ‘foilear’ más alto que lo habitual hasta la fecha para sobrevolar las olas, elevando también el riesgo de violentos pantocazos (más bien amerizajes en los AC75) del barco en caso de error. Y en estos tecnificados veleros, un pantocazo a 30 nudos puede ser muy costoso en roturas y en riesgos físicos para la tripulación.
Visto desde fuera, da la impresión que a la hora de designar a Barcelona como sede de la Copa América, Grant Dalton estuvo más atento a las sumas de €€€ en la calculadora que en las características del campo de regatas de la capitán catalana. Esperemos que solo sea una falsa impresión.

Por. Enric Roselló