Feeling 1090

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El arquitecto naval Phillipe Harlé es autor de numerosos best-sellers de la industria náutica francesa, hasta el punto que durante los años 80 y 90 fue el diseñador francés con más veleros de serie en el agua. El Feeling 1090, uno de sus últimos proyectos, es un compendio de las virtudes que siempre han tenido los diseños Harlé. Fue el Velero del Año en 1987.
La industria náutica tiene sus mitos; veleros que surcan el mar y el tiempo sin perder el favor de los aficionados. Muchos de estos modelos, incluso décadas después de su lanzamiento, siguen siendo un punto de referencia ante las nuevas propuestas de los astilleros. Cada país tiene algunos de estos modelos y, en Francia, muchos de estos veleros fueron diseñados por Phillipe Harlé.
Del gabinete Harlé salieron, entre muchos otros, veleros tan legendarios como el Armagnac, el Fantasia, el Brin de Folie, el Mallard 9M, el Kelt 620, el Romanée o el Sangría, barcos ellos solos que suman decenas de miles de unidades en el agua y que representan una Página de Oro en la industria náutica francesa.
Harlé sabía combinar como pocos la seguridad de navegación, las prestaciones a vela y la capacidad interior de sus veleros. Su mera firma es garantía de veleros rápidos, estables y seguros en cualquier condición de mar.
La relación de Harlé con Kirie, el astillero constructor de los Feeling, fue larga y fructífera, empezando a mediados de los 70 con el Feeling 720 (el primero en su eslora con camarote doble y baño en popa) para seguir luego con el Feeling 920 (posteriormente Feeling 960) y terminando con los Feeling 1040 y 1090. Sólo con estos modelos, el astillero Kirie puso en el agua alrededor de 1.000 unidades en la década de los ochenta, siendo ésta la época de mayor esplendor de este constructor francés.
El Feeling 1090 es una evolución del Feeling 1040, presentado al público en 1985 con la idea de sustituir al Feeling 1100 (diseño Ron Holland). Los nuevos modelos convivieron en el catálogo de la marca varias temporadas, siendo de alguna manera el Feeling 1090 la versión ‘lujosa’ del Feeling 1040. Las principales diferencias entre estos dos veleros conciernen al tamaño del faldón de popa, a la mayor superficie vélica y a unos acabados interiores más completos en el Feeling 1090.

El barco de Jean-Luc Van Den Heede
Como decimos en el titular del artículo, el reciente ganador de la Golden Globe Race fue durante veinte años el feliz armador del ‘Algimouss’, un Feeling 1040 (mismo casco que el 1090) que compró de ocasión. El navegante francés fue durante años asiduo competidor en el circuito de regatas Osiris, liderando la clasificación final 2016 en el Atlántico francés con su Feeling 1040 absolutamente estándar y perfectamente puesto a punto para regatear con sus amigos en esta popular y económica fórmula de rating francesa para veleros de serie en regatas de club. Van Den Heede vendió su Feeling en 2017 al comprar el Rustler 36 ‘Matmut’ con el que ganó la vuelta al mundo 2018/19.
Los Feeling 1090 y 1040 permitían elegir entre la clásica cubierta en pendiente ola cubierta ‘semi-flushdeck’ con la sobrecabina plana hasta el mástil y unos paneles traslúcidos dispuestos de forma panorámica en los 180° hacia proa. Este diseño de sobrecabina, muy querido por Harle desde siempre, lo han recuperado en el siglo XXI muchos barcos de serie en todas las esloras.
El diseño de casco del Feeling 1090 presenta unas formas limpias y redondeadas. La orza es trapezoidal sin bulbo (abatible en opción), con un perfil ligeramente elíptico en su salida de aguas. El aparejo es a tope de palo con dos pisos de crucetas transversales, disponiendo de un desplazamiento de solo 4.900 kilos para una superficie vélica de 71 m2 en ceñida. 44 de estos m² se despliegan en un gran génova, garantía de velocidad y potencia en todos los rumbos, a costa de limitar ligeramente el ángulo de ceñida respecto a las modernas configuraciones de vela más equilibradas entre mayor y foque.
El carro de escota de mayor queda sobre los bancos en la entrada a la cabina. Es una posición que puede incomodar ligeramente a los pasajeros, pero que resulta infinitamente más práctica y efectiva en su manejo que los arraigos a media botavara.
Juzgada con ojos actuales, la bañera no destaca por su gran tamaño, pero los bancos juntos permiten apoyar los pies con la escora, la plataforma de baño con ducha y escala integrada es suficientemente amplia y la altura de los respaldos ofrece protección y comodidad.
Un tema bien resuelto en este modelo es la estiba en cubierta, especialmente en la versión de 2 cabinas, que gana profundidad en su cofre de estribor. Dos grandes cofres bajo los bancos ofrecen un volumen raro de encontrar en muchos 45 pies del siglo XXI.
En comparativos publicados en la prensa náutica francesa de la época, donde el Feeling 1090 se medía con otros barcos de serie de su misma eslora, una de las cualidades que siempre apreciaron los periodistas en este modelo era su homogeneidad. Ya fuera en ceñida o en popa, con ventolinas o viento más sostenido, el Feeling siempre estaba en el podio. Quizás no el mejor, pero siempre en el trío de cabeza en cualquier rumbo o condición de viento.

Interiores con estilo
En lo que respecta a los interiores, el Feeling 1090 destaca por la amplitud y luminosidad de su salón, especialmente en la versión con paneles panorámicos. Phillipe Harlé dio prioridad en este modelo al volumen de la parte central del barco, empezando por una cocina en “G” modélica en dimensiones, planteamiento y capacidad de estiba para su eslora.
La zona del navegante es también muy generosa en tamaño. Queda mirando a proa y con un práctico armario polivalente en su parte trasera. En la versión de tres camarotes, también llamada Chárter, la mesa de cartas cede espacio a la cabina de baño y queda mirando a popa.
En las primeras unidades, los bancos del salón formaban una "U" cerrada hacia popa, con el triángulo de proa en modo de litera tipo ‘bretón’. Pronto se sustituyó esta distribución por otra más clásica con separación con mamparo y puerta, ganando además espacio en el camarote de proa. Comentar aquí que la versión de 2 camarotes también gana una agradecida anchura en la litera de popa, supuestamente la del armador. El interiorismo en general también agradece la profusión y buena combinación de taquillas, cajones, armarios y huecos de estiba.
La agradable carpintería en madera clara del Feeling 1090 (precursor en estas tonalidades) y los buenos acabados de toda la ebanistería ofrecen muy buen aspecto en los catálogos de la época, pero su calidad se mide con el tiempo. Tras varias décadas en servicio, el estado de estas maderas y sus barnices será un tema a considerar en la valoración de cualquier barco a la venta.

Precios y oportunidades
El astillero Kirie, constructor de los Feeling, no sobrevivió empresarialmente las crisis económicas del siglo pasado. La marca Feeling, con modelos que nada tenían que ver con los fabricados originalmente en Les Sables d’Olonne, tuvo una vida más larga de la mano de distintos astilleros. Pero todo tiene su final y el adiós ¿definitivo? de la marca Feeling tuvo lugar en 2017, cuando el grupo de inversión/riesgo Aurelius (propietario de Hanse Yachts) compro el astillero Privilege, constructor que tenía en cartera la marca Feeling con algún nuevo modelo en proyecto.
Muy pocos Feeling 1090 o 1040, entre los más de 350 que se fabricaron entre ambas versiones, navegan desde un principio por nuestras aguas. La mayoría han llegado a España desde el mercado internacional de ocasión, donde no resulta demasiado complicado encontrar alguno de estos modelos en venta.
Bastante homogéneo en sus parámetros de construcción, el Feeling 1090 es un velero de calidad con innegables cualidades de confort y de navegación. Pero cualquier unidad a la venta debe pasarse por un fino y completo tamiz que ponga su real estado de conservación y el presupuesto de su eventual puesta al día. Un problema crónico de este modelo son las entradas de agua por los paneles panorámicos de metacrilato sobre la cabina. El ennegrecimiento de la madera en esta zona alerta sobre este problema, complicado de solucionar en los casos más graves. Al carecer de contramoldes integrales en los suelos del casco, otro punto a revisar en este velero es que los mamparos principales no presenten daños en su parte baja por infiltraciones del agua de las sentinas.

Principales características
Modelo: Feeling 1090
Astillero: Kirie
Diseñador: Phillipe Harlé
Material de construcción: Fibra de vidrio
Años de construcción: 1985 - 1992
Unidades fabricadas: 350 (entre el Feeling 1040 y el 1090)
Precio en 1989: 560.000,- FF
Eslora total: 11,10 m.
Eslora de casco: 10,81 m.
Eslora de flotación: 8,80 m.
Manga máxima: 3,60 m.
Desplazamiento: 4.900 kg.
Lastre: 2.150 kg.
Calado: 1,80 m.
Altura en cabina: 1,90 m.
Altura en camarote de proa: 1,68 m.
Superficie mayor: 27 m2
Superficie génova: 44 m2
Superficie espinaquer: 94 m2
Literas: 6/8
Capacidad agua dulce: 2 x 120 l. (tanques inox.)
Capacidad gasoil: 120 l. (tanque inox.)
Motorización: Volvo 2003 o Yanmar 3GM de 28 CV