Furia 28

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Crucero y regata en versión española

El Furia 28 fue un auténtico éxito de ventas a finales de los años setenta y primeros de los ochenta. La posibilidad de combinar las regatas con el crucero era uno de sus principales atractivos. Con el tiempo, su particular encanto y su calidad de construcción lo han convertido en un valor seguro en el mercado de ocasión.

por : Enric Roselló

Diseñado por Albert Cabal y construido por los desaparecidos Astilleros Dresport, el Furia 28 fue el primer modelo en ver la luz -junto a su hermano mayor de 33 pies- en la exitosa gama de los Furia
Dresport fue un astillero estandarte de la náutica española -nos referimos a los barcos a vela- en la década de los ochenta, llegando a construir varias centenas de unidades entre sus diferentes modelos. Como les sucedió a otros constructores nacionales, Dresport no resistió el embate de la entrada de España en el Mercado Común en 1986. Los aranceles de importación habían permitido a nuestra industria resistir durante años ante la ya industrializada producción extranjera (sobre todo francesa). Al abrirse las aduanas y equipararse los precios, los pequeños astilleros nacionales tuvieron muy poca cancha. A primeros de los noventa, tras una lenta agonía empresarial, Dresport (Furia Yachts) tuvo que cerrar sus puertas.
Muchas son las cualidades que los aficionados y la prensa especializada alabaron en su día del Furia 28. Era un barco bastante rápido, que podía competir sin complejos en cualquier regata de club, llegando incluso a ganar tres Campeonatos de España IOR (Clase VI). Además, el Furia 28 tenía una acomodación amplia, con unos buenos acabados interiores que invitaban a la vida en crucero de hasta seis personas. Si añadimos un precio relativamente contenido (2.850.000,- ptas. en 1980), encontramos suficientes razones para avalar el éxito de este modelo, del que se llegaron a construir más de setenta unidades.
Juzgando el Furia 28 con la perspectiva del tiempo, se ha de recordar que sus acabados interiores y el equipamiento estándar estaban por encima de la media de sus competidores franceses. Y esta comparación aun se hace más ostentosa si comparamos los acabados del Furia 28 con los de cualquier moderno velero nuevo de esta eslora. Equipamientos que venía de serie en el Furia, como la cincha antiescora en la cocina o en la litera del salón, la bomba de agua salada, la ducha en la bañera, el cargador de baterías, el proyector de cubierta, la maniobra de espinaquer, los forros traseros en los cajones y taquillas de todo el barco o las innumerables molduras de madera y detalles de ebanistería interior son casi imposibles de encontrar hoy en un barco de serie de esta eslora.
Por poco que los anteriores propietarios de una unidad de ocasión se hayan esmerado en conservar y renovar adecuadamente el barco, un Furia 28 es un barco que casi podríamos catalogar de lujoso para la vida en crucero.
La calidad de acabados interiores es uno de los puntos fuertes del Furia 28. El barco presenta una distribución clásica en los años setenta, con una litera conejera bajo el banco de estribor de la bañera, la mesa de cartas y la cocina en las bandas y un amplio salón, verdadero centro neurálgico del barco.
La proa esta repartida entre el baño, limitado tanto de espacio como de altura interior, y una litera doble en "V", bastante correcta de dimensiones. El Furia 28 también ofrece un salón acogedor en la zona de mayor manga del barco y con suficiente altura de techo (casi 1,80 m.).

Los años no pasan en balde
Donde el Furia 28 denota más el paso de los años es en el diseño de su casco. Ya en el momento de su aparición, el barco estaba anticuado en comparación a sus coetáneos franceses, que -libres de los constreñimientos del rating IOR- empezaban a ofrecer amplios volúmenes de popa y unas líneas de agua más planas. Si en ceñida el Furia 28 aun puede competir en rumbo y velocidad ante modelos de su quinta, en rumbos abiertos sufre las consecuencias de su limitada eslora de flotación, mostrándose muy vago para entrar en planeo y bastante inestable de rumbo en popas cerradas. Esta falta de manga en popa es también la culpable de que la posición del caña a barlovento sea un tanto incómoda, si bien el tamaño de los bancos y cofres de la bañera están bastante logrados.
El último problema de esta falta de manga en popa no afecta a las prestaciones, sino a la capacidad de acomodación interior. Cuando los astilleros franceses ya ofrecían una cabina doble y un amplio baño bajo la bañera, el Furia 28 se contentaba con una litera conejera y un pequeño baño a proa del salón. Lo peor de esta anticuada distribución no es la falta de literas, sino que llevaba la cocina muy a popa, sin otra superficie de trabajo que el escalón superior de entrada y condenando la nevera a un incómodo rincón tras los fogones.
En cubierta, el Furia 28 venía de serie con un acastillaje y maniobra bastante completos, aunque el paso del tiempo haya dejado completamente obsoletos a todos sus componentes. Quienes se interesen por una unidad de ocasión, deberán comprobar que hayan desaparecido los agresivos mordedores de drizas de origen, las mordazas plásticas, se hayan sustituido los tambuchos, los metacrilatos laterales, winches y escoteros. Lo que no sea nuevo se ha de cambiar, por no hablar de la instalación de accesorios que apenas existían en los años 80, como el enrollador de génova o el molinete de anclas.
En lo que respecta a la motorización, el Furia 28 se ofrecía de serie con motores Solé de 9, 18 o 23 CV. En toda lógica, muchas de estas mecánicas se habrán sustituido con el tiempo. Para un desplazamiento de poco más de 2,5 toneladas y una eslora de flotación de 6,85 metros, incluso la opción de los 9 CV resulta suficiente para este barco y la velocidad en crucero apenas aumenta con mayor potencia.

Furia 28: Mi primer crucero
La mayoría de artículos de esta sección se basan en comentarios de antiguos propietarios de los barcos que mostramos. En esta ocasión no ha hecho falta, pues al hablar del Furia 28 no puedo evitar un recuerdo hacia mi querido "Sibinar", mi primer barco de crucero. Con él participé en infinidad de regatas, ganando incluso alguna de ellas. También recorrí toda la costa catalana y las Baleares de arriba a abajo en varios cruceros veraniegos. Son miles de millas, infinitas anécdotas, tormentas, calmas y muy buenas amistades que entonces se fraguaron y han perdurado a lo largo del tiempo.
Dicen que "la nostalgia es un error", pero al subir de nuevo a un Furia 28 para efectuar este artículo -no lo había hecho desde hacía muchos años- sentí la agradable sensación de volver a ver a un íntimo amigo de juventud. Aunque pueda parecer lo contrario, he de reconocer que me ha costado mucho intentar ser ecuánime al valorar las cualidades y carencias de este barco; nos conocemos demasiado bien. Espero haberlo conseguido.
(Enric Roselló)

Precios y oportunidades
Con unas setenta unidades puestas en el agua a lo largo de los siete años que estuvo en producción (1978 - 1985), no es complicado encontrar un Furia 28 en el mercado de ocasión. Las diferencias más notables entre los primeros barcos y los fabricados en los últimos años, aparte de algunas mejoras en el acastillaje, conciernen a la mesa del salón, que en las últimas unidades se plegaba sobre el mamparo de proa.
Como en todo barco botado en los años 80, las revisiones a efectuar en un Furia 28 conciernen a su completo estado general, sin pasar de largo el motor, los tratamientos efectuados contra la osmosis, el estado de los pernos de la quilla, la revisión de posibles entradas de agua por los metacrilatos laterales y anclajes de los obenques o la sustitución preventiva de la jarcia fija. En lo referente a la estructura general, la mayoría de unidades superan la prueba sin problemas gracias a su esperada y sólida construcción.
Los precios del Furia 28 en el mercado de ocasión son de lo más dispar, como es habitual en barcos de esta eslora y edad. El Furia 28 es más anticuado de diseño que sus coetáneos de fabricación francesa, que normalmente ofrecen cascos más modernos y de mayor capacidad interior, si bien normalmente con unos acabados menos detallistas. Donde ningún barco francés de la época puede competir con el Furia 28 es en personalidad. Su silueta empieza a formar parte de lo clásico y no deja indiferente a los amantes de los barcos con carácter.

Principales características
Modelo: Furia 28
Constructor: Dresport
Diseñador: Albert Cabal
Eslora total: 9,30 m.
Eslora casco: 8,68 m.
Eslora de flotación: 6,85 m.
Manga: 3,09 m.
Calado: 1,65 m. (quilla trapezoidal en fundición)
Desplazamiento: 2.555 kg.
Lastre: 1.005 kg.
Mayor: 13,60 m2
Génova 150 %: 29 m2
Espinaquer: 64,4 m2
Altura en cabina. 1,75 m.
Literas: 6 (dos dobles y dos simples)
Depósito agua dulce: 165 l.
Depósito gasoil: 60 l.
Motor: 9 / 23 CV
Precio en 1980: 2.850.000,- ptas.