Portopetro sigue siendo reducto de una Mallorca sin estridencias

Los pinos y calitas alrededor de la ensenada relajan el ambiente
La mayor cualidad de Portopetro es la tranquilidad de su turismo, discreto y mayormente familiar. Su recortada bahía ofrece varias zonas de boyas de pago gestionadas por el Club Náutico local, además a alguna plaza ocasional en puerto. La recalada es segura excepto con mar de levante. En tierra hay comercios de todo tipo y un montón de restaurantes en primera línea de mar, aunque cuesta encontrar alguno que salga de los tópicos turístico. El urbanismo es mayormente elegante y apetece pasar el día combinando baños y paseos por tierra. Las opciones de fondeo se limitan al Caló d’es Llamp, razonablemente bien protegido al NE de la entrada a la ensenada.