Gin Fizz

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Incansable devorador de millas

Modelo almirante de Jeanneau en el momento de su lanzamiento en 1974, el Gin Fizz sigue contando con muchos adeptos. Las innegables cualidades de este velero no eximen de la puesta al día que necesitan la mayoría de unidades a la venta.
Cuando Jeanneau presentó el Gin Fizz en el Salón Náutico de París –que entonces se celebraba a primeros de año- el barco impresionó a los aficionados por su enorme volumen en relación a su eslora. Michel Joubert introdujo una solución que hoy es norma en los barcos de serie, llevando la considerable manga máxima del barco (3,76 m.) hasta casi la misma popa.

Gracias a las afinidades empresariales de la época entre Jeanneau y Gibert, el Gin Fizz se presentó en paralelo con su gemelo Gib´Sea 37 (posteriormente Gib´Sea 38). Los cascos eran idénticos, pero no sus interiores, con un Jeanneau donde la madera lucía más ostensible y un Gib´Sea que recurría en mayor grado a los contramoldes y los chapados sintéticos.
Podría decirse que el Jeanneau estaba mejor terminado, pero también era algo más caro. En cualquier caso, con el paso del tiempo este diferencial inicial es meramente anecdótico y cada unidad presentará hoy el aspecto que le hayan ido legando sus sucesivos propietarios. Decir también que tanto el Gin Fizz como el Gib Sea 37 se proponían tanto en versión sloop como queche, un aparejo este último menos potente pero interesante para el programa de altura del barco. La configuración de dos palos ha perdido hoy argumentos por las constantes mejoras del acastillaje (enrolladores, winches ST, etc.).
El casco del Gin Fizz está a caballo entre la modernidad (manga considerable, escaso calado de formas, . . ) y el clasicismo (quilla cuadrada, timón con semi-alerón, buen lanzamiento de proa, . . ). Sin darse nunca aires de racer, el barco incluso participó en algunas regatas oceánicas de los años 70, todo y asumiendo que su mercado estaba en el crucero de altura familiar, para el que el Gin Fizz ofrecía una capacidad de acomodación, una dureza de escora, unas prestaciones y una calidad de navegación desconocidas hasta ese momento en esa eslora y presupuesto.
Jeanneau quiso hacer bien las cosas en su modelo estrella y el Gin Fizz es un barco sólido y bien construido al que no se le conocen grandes defectos crónicos. La banda de sandwich balsa de 90 cm. de ancho a lo largo de toda la línea de flotación es una muestra de mimo puesto por astillero en su construcción, pero los años no pasan en balde y cualquier Gin Fizz a la venta habrá tenido que “cambiar la piel” por completo y varias veces para conservar su atractivo.
La silueta del Gin Fizz es inconfundible y ha envejecido con respetable dignidad. Su bajo francobordo (en comparación con lo habitual actualmente en un 37 pies), combinada con la cubierta en falso flush-deck, aun resultan elegantes y la característica bañera central se muestra hoy tan acogedora y marinera como hace cuarenta años.

Interiores años setenta
Otra singularidad del Gin Fizz es su camarote doble en popa con entrada independiente desde la bañera. Es pequeño, para algunos incluso clautrofóbico, pero queda discreto en las líneas de carena y siempre es un buen recurso para alojar niños, invitados imprevistos o convertirlo en pañol de estiba.
En los interiores, el Gin Fizz tampoco puede esconder su edad. La distribución del barco es clásica, con la cocina y la mesa de cartas (con gran litera conejera) a banda y banda de la entrada.
El salón queda en la zona de máxima manga y resulta espacioso y agradable. Originalmente había una litera en cada lateral, pero en la mayoría de unidades que hemos visto han sido sustituidas –antes o después- por estantes o armarios. Más a proa está el baño, anticuado de ubicación y aspecto pero correcto en tamaño y también ocupando toda la manga del barco. El camarote de proa es algo menor de lo que puede esperarse en un 37 pies. En comparación a la alta calidad de construcción, los acabados de carpintería nunca fueron –ni son- el punto fuerte del Gin Fizz. Vistos con la perspectiva del tiempo, hoy se antojan además tristones y poco ventilados.
El Gin Fizz es un barco que necesita algo de viento para moverse con soltura. En esto tampoco se diferencia mucho de otros veleros, pero cuando el viento se anima el Gin Fizz se distingue por su gran confort de navegación, cualidad que apreciarán los amantes del crucero tranquilo y las tripulaciones familiares.
Un aspecto donde el Gin Fizz acusa notablemente el paso de los años es en la calidad de su acastillaje, concepto que no se ha de confundir con el juicioso planteamiento general de la maniobra. En su momento, los herrajes ya mostraban algunos signos de tacañería en su elección y con el tiempo, la práctica totalidad de los elementos de la maniobra (winches, poleas, mordedores, raíles, etc.) merecen ser renovados para poder seguir disfrutando -a fondo y sin esfuerzos desmesurados- de la agradecida navegación con este velero.
La maniobra está bien resuelta, con las principales drizas manejadas desde el palo, donde hay un buen balcón de seguridad. Los reenvíos de drizas a la bañera, y los mordedores con leva eran casi ciencia ficción cuando nació el Gin Fizz, pero en la mayoría de unidades que hemos visto, estos adelantos se han ido adoptando en mayor o menor grado con los años. Nada que objetar a la ubicación de los winches en la bañera, salvo que se agradece su actualización por modelos self tailing.

Precios y oportunidades
En los 10 años en los que estuvo en producción (1974 – 1984), hasta 543 Gin Fizz salieron del astillero (la cifra engloba la producción de Jeanneau y Gibert) y hoy es un modelo habitual en los listados de ocasión. La disparidad en los estados de conservación será la norma tras tantas décadas de andadura y con dos, tres o incluso cuatro propietarios sucesivos. Puede haber unidades que necesitan de una puesta al día exhaustiva, otros Gin Fizz conservados y actualizado de manera excelsa y la amplia mayoría en el punto intermedio.
El Gin Fizz es un barco bien construido, de honrosas prestaciones, gran comodidad de navegación y con una relación habitabilidad/precio casi imbatible en su eslora. Pero el tiempo no pasa en balde y antes de comprar un Gin Fizz de ocasión se ha de controlar absolutamente TODO, desde los pernos de la quilla a los terminales de los obenques en lo alto del palo, pasando por las instalaciones, el motor, estructuras, velas, acastillaje, pintura, osmosis, . . . . Sólo una vez revisado a fondo el barco en cuestión y sopesadas las intervenciones y actualizaciones más imprescindibles se puede valorar en su justa medida el precio demandado.
El Gin Fizz es desde años un velero de referencia –casi de culto- para los amantes del bricolaje con ansias de navegar lejos, con seguridad y con un presupuesto ajustado.
Trabajo no acostumbra a faltar con este barco, pero una vez resucitado, sus propietarios disfrutarán de un velero con carácter y demostradas cualidades para el crucero de altura. (por: Enric Roselló, actualizado SEP-12)

Principales características
Modelo: Gin Fizz (Gib´Sea 37/38)
Astillero: Jeanneau
Diseñador: Michel Joubert
Años de fabricación: 1974 – 1984
Precio en 1978: 270.000,- FF (24.000,- € aprox.)
Unidades construidas: 543 (Gin Fizz y Gib´Sea 37/38)
Eslora total: 11,40 m.
Eslora flotación : 9,15 m.
Manga máx.: 3,76 m.
Calado: 1,90 m.
Desplazamiento: 7.800 kg.
Lastre: 2.950 kg.
Mayor: 27 m2 (23,5 m2 versión queche)
Mesana: 11,5 m2
Génova: 59,5 m2 (46,5 m2 versión queche)
Espinaquer: 108 m2 (100 m2 versión queche)
Agua dulce: 400 l.
Gasoil: 160 l.
Motor original: Perkins 4108 de 40 HP
Documentación técnica: BRICOMAR