Proteger el barco: Cuando el roce no hace el cariño
Dice el refrán que el roce hace el cariño, aunque en un velero las cosas no acostumbran a ser así. En regata y en crucero hay que proteger el barco, las velas y el equipo de golpes, rayadas y desgarros. Y esta recomendación también es importante en la quietud de los meses de invernada pasados en puerto. El barco debe quedar al resguardo de esas “heridas de guerra” que tanto duelen al armador cuidadoso.
El ajuar necesario para salvaguardar el material empieza con equipos tan básicos como las defensas o la cinta adhesiva. También hay accesorios pensados para situaciones concretas, sin olvidar soluciones de ingenio (intentaremos explicar algunas) que todo el mundo puede poner en práctica.
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