Las obras en la bocana de Arenys de Mar enfrentan al Club Náutico local con Ports de la Generalitat

Mar Abierto Las obras previstas en la bocana (color rosado sobrepuesto a la foto
Mar Abierto Si se llevan a cabo las obras según el proyecto, la explanada de Var

(15/sep/22) La construcción de un martillo en la bocana, la ampliación de la explanada del varadero y la creación de unos 25 amarres para barcos de hasta 50 m. son obras que ya constaban en el anteproyecto de Ports de la Generalitat que los socios del Club Nàutic d’Arenys de Mar discutieron en su Asamblea General de 2015. Pero en ese momento estaban más pendientes de la renovación de su concesión que de esas obras anexas.

El tiempo pasa y, tras el afianzamiento del Club Nàutic d'Arenys de Mar (CNAM) en su nueva concesión, ahora le toca el turno a las obras previstas en el muelle de abrigo.
Con mal tiempo, Arenys de Mar tiene merecida fama de ser el puerto más seguro del Maresme, que es la comarca al norte de la ciudad Barcelona, un tramo de costa de apenas 55 km. donde hay hasta ocho puertos deportivos y miles de barcos amarrados.
En Arenys, los barcos tienen ahora casi 160 m. de margen para entrar por una bocana lo suficientemente alejada de la playa para evitar las olas rompientes en prácticamente cualquier condición. Un poco más entrados en puerto, un codo entre el contradique y la explanada del varadero cierra el paso libre hasta unos 100 metros, pero también contribuye a amansar las aguas en la dársena deportiva.
La construcción del nuevo martillo en el extremo del muelle de abrigo robará unos buenos 80 metros al ancho de la bocana. En paralelo, la ampliación de la explanada técnica, así como la nueva orientación del foso, que quedaría transversal y no en paralelo al muelle como hasta ahora, cerrarán el camino de los barcos hacia las instalaciones del CNAM, limitando el canal a unos 60/70 metros de ancho. En paralelo, los veleros pierden una amplia y segura zona donde izar o arriar velas en cualquier condición, especialmente con vientos duros.
La construcción del martillo en el extremo del muelle responde oficialmente en la intención de amansar el espejo de aguas en los días de mal tiempo, al tiempo que se refuerza la estructura del muelle y se minimiza el riesgo de colmatamiento de arena en la bocana en un puerto que, antes de las obras, sufre menos que otros puertos del Maresme este problema.
Al final, el grueso de la disputa se centra en la oportunidad de habilitar en el lado interior del dique unos 25 amarres en punta para barcos de hasta 50 m. en escala técnica en el varadero del puerto.
Desde el CNAM alegan que reforzar el dique de abrigo con un martillo en su extremo es innecesario. Las aguas del puerto se mantienen actualmente mansas en cualquier condición y los daños que causó en su día el huracán Gloria son apenas superficiales.
Por el contrario y según el club, disminuir la anchura de paso en la bocana sí supondrá un peligro para las embarcaciones, que tendrán que acercarse más al rocoso contradique en los días de mal tiempo. Según el club, el proyecto solo `pacifica’ las aguas en los nuevos amarres para grandes esloras junto a la bocana, al tiempo que la reducción de anchura en la entrada al puerto propiciará la acumulación de arena.
En paralelo, Capitanía Marítima de Barcelona ha manifestado que condiciona su aprobación al proyecto a la garantía de un ancho de 80 metros en la bocana. El organismo dependiente de la DGMM también detalla que el martillo del muelle de abrigo limita la visibilidad de los buques en más de 30 metros, por lo que deberá existir una coordinación para guiar a los barcos de mayor eslora. Asimismo, Capitanía desaconseja por seguridad los atraques en punta, pues sus ‘muertos’ quedarían prácticamente en medio del canal de entrada.
En Ports de la Generalitat afirman que estas alegaciones están tomadas en consideración y que el paso por la bocana tras las obras tendrá 110 m. de ancho, garantizando la navegación segura de yates de hasta 50 m. El organismo de la Generalitat justifica las obras por la necesidad de ‘preparar el puerto a los efectos del cambio climático’ y a reparar de forma definitiva los daños del temporal Gloria en el muelle de abrigo, unas obras en el dique de abrigo que -en principio- ya fueron acometidas con una inversión de 2M€ al poco del paso del huracán en 2020.

El desenlace de una larga historia
En Varador (antes Varador 2000), empresa dirigida por Josep Ramón ‘Xiqui’ Mas desde hace décadas, llevan muchos años intentando hacer realidad su proyecto de atraer las grandes esloras al puerto de Arenys de Mar. Si las obras se llevan a cabo serán un buen espaldarazo a su negocio y están en su pleno derecho de intentar tirar adelante con esta ampliación.
Ni el cambio climático, ni la tranquilidad de las aguas interiores, ni el refuerzo del dique de abrigo por daños tras el temporal Gloria son excusas que justifiquen las obras proyectadas por la Generalitat en el puerto de Arenys de Mar. Detrás de estas obras solo hay el afán de ingresar el dinero de una nueva concesión al varadero local. Tanto en Ports de la Generalitat como en el Ayuntamiento local ya se están frotando las manos con los ingresos que les entrarán ‘por la bocana’ del puerto. Como dicen en su informe, las obras equipararán Arenys de Mar con Mónaco. ¡De ilusión también se vive!
Capitanía es quien tiene menos a ganar y más a perder en este asunto. Su aval técnico al proyecto no puede poner en riesgo la seguridad del puerto de Arenys de Mar. No olvidemos que los aficionados locales todavía tienen en mente el recuerdo de los 9 regatistas que perdieron su vida en 1970 al volver a Arenys tras una regata y naufragar en las olas rompientes de la antigua bocana. Es el accidente más dramático en la historia de la náutica deportiva catalana.
La oposición de la Junta del CNAM al proyecto en la bocana se antoja un poco tardía. Han tenido casi 10 años para argumentar sus puntos de vista ante la administración y solo lo hacen y llevan el tema a los medios de comunicación con la inminencia de las obras. Si estas se llevan a cabo, es evidente que el puerto de Arenys perderá anchura en su bocana y en su ‘chicane’ de acceso a la dársena deportiva. Pero en el peor de los casos –para el CNAM- el proyecto de la bocana añadirá tranquilidad de aguas en su dársena y Arenys de Mar no dejará de ser el puerto más seguro del Maresme en caso de mal tiempo.
La solución al dilema es compleja y dificilmente dejará satisfechas a todas las partes, pero no puede demorarse muchos meses.

Por: Enric Roselló